En una humilde casa vivía un hombre, su mujer, su padre y su hijo, que todavía era un pequeño. el viejo padre no servia para nada. Estaba demasiado viejo para trabajar, comía y fumaba sentado ante la puerta. Entonces el hombre decidió sacarle de la casa , dejarlo a su suerte en la calle, como se hace a veces en las épocas mas duras con la bocas inútiles.
La esposa intento interceder a favor del anciano, pero fue envano.
- como mínimo dale una manta,dijo ella
- no. le daré la mita de una manta. Eso es suficiente.
La esposa le suplicó. finalmente consiguió convencerlo para que le diese la manta entera. De repente, en el momento en que el viejo estaba a punto de salir llorando de la casa, se oyó la voz de un niño que le decía a su padre:
- no le des la manta entera. dale solo la mitad.
- ¿porqué? - pregunto el padre anonadado
-porque - contestó el niño - yo necesitare la otra mitad para dártela el día que te eche de aquí.
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